viernes, 19 de abril de 2013


PRIMAVERA

La primavera destiñe el color otoñal

y da vida a los senderos de las hojas

haciendo florecer las rosas rojas

que se abren con la delicadeza de un cristal.

Las luciérnagas brillan en la noche como faros

camuflando a las estrellas nocturnas,

silenciosas y taciturnas

que crean halos de luces cruzados.

La lluvia perfuma la tierra

creando brotes de dulces esencias,

rememorando pasadas querencias

de cánticos que el bosque encierra.

Esbeltos árboles se alzan majestuosos

rompiendo en silencio el cénit del cielo,

acariciando con sus raíces la tez del suelo

del que nacen mis recuerdos silenciosos.

Tumbas de ilusiones bajo un lago cristalino

bucean entre las partículas de la naturaleza

y se funden entre las lágrimas de tristeza

que humedecen mis pasos en el camino.

AÑO DE AUSENCIA

Y cerrar los ojos en mitad de la inmensidad

recordando todos los detalles de tu estado

que ante los fantasmas de anhelo se han postrado

y han encontrado el precio de la verdad.

He despertado en medio de un año de ausencia,

en medio de un pentagrama vacío

calado por un silencio umbrío

y de teclas tristes sin su presencia.

He dormido entre los sueños de pasión

de la música en un metal incandescente,

que ha ocupado páramos en mi mente

sacudiéndola con la fuerza de un ciclón.

Abro los ojos en un salón aislado

y tus ojos recorren mi cuerpo opaco

arrastrándome por la soledad de la que escapo

entre las agujas de un reloj de oro parado.

martes, 2 de abril de 2013


PLUMAS DE TI

Plumas de plata.

Senderos torrenciales de amargura

que evocan al ras de la escritura

y de sueños de hojalata...

No sé volar por los mares

si a cada pluma que arranco,

destiñen mis alas el blanco

y callan los pájaros cantares.

Plumas en el viento

al despertar de un alba dorado

naciendo de un horizonte quebrado

por corrientes de un dulce acento.

Cuando los árboles cantan

y las hojas mecen su armonía,

es el vivir de esta agonía

entre los páramos que alcanzan.

Plumas de pintura

colorean con témperas un mañana

y el remejir del viento en mi ventana

derrumba sutilmente mi estructura.

El escudo de cristal que había creado

se ha deshecho en la noche lentamente,

se ha quedado entre el rastro de la gente

que logró saltar mi muro alzado.

Plumas de acero,

como la grandiosa fuerza de un gigante,

desvanece la tristeza en este instante

en el que tengo claro lo que quiero:

Quiero ángeles caídos

pidiendo auxilio entre la marea

que corrientes de palabras crea

entre las profundidades de un alarido.

Plumas de plata oscurecidas.

Plumas en el viento delirantes.

Plumas de pintura que al instante

crean plumas de acero entumecidas.