sábado, 18 de agosto de 2018

PERDIDA

Me iré.
Me iré con la grava húmeda.
Me iré sin ningún latido.
Antes del delirio y las sillas rotas,
de los ojos vacíos y la incomprensión,
del olvido y la piel quebrada.
Antes, me iré de aquí.

Me iré sin el ruido del llanto
y cuando mi voz aún tenga sentido.
Me llevaré mi barca de palabras
y la hundiré en la tierra acendrada
bajo las flores de mi recuerdo.

Me iré con el sonido
de los cuerpos que se enredan,
de los labios que me pronuncian,
de las bocas que me beben.
Me llevaré los huesos de mis papeles
y la pena de mis versos
y la sangre derramada de las nubes.

Me iré con las horas que me abarcan,
que me visten y que me abrazan.

Me quedaría, pero no puedo.
Dios se olvidó de los que de verdad existen.

sábado, 11 de agosto de 2018

CARTAS NÁUTICAS. III.

Cerrazón en mi pecho,
tormenta que rompe el horizonte.

El mar y el cielo se funden
y las nubes lloran sobre mi vela.
Busco la corriente de estrellas
que me lleve hasta la luz del faro,
pero la niebla se cierne a mi cuerpo,
lo aprisiona queriendo herirlo.

Vista cansada. Manos cansadas.
Brazos cansados.
El timón se parece a mis palabras
que giran formando un huracán,
naufragio de mis versos calados.

El faro entre las rocas
me alcanza con su luz
como lo hacen sus pupilas.

Yo me quedo encallada entre sus párpados.

viernes, 10 de agosto de 2018

CARTAS NÁUTICAS. I.

Desaparezco.
Me disfrazo de mí.
Soy el viento que nunca alcanzó a empujar ningún velero.

Me tiembla el pulso si me escribo,
si me miro a los ojos para buscar adentro
y sólo es un bosque de muros lo que veo.

Me molesta el color de la tinta,
el olor del papel impoluto,
el lápiz que me emborrona.
Me molestan mi voz y mis manos
que no saben hallarme entre el silencio.
Me molesta lo que pienso
y los sueños que me quitan las sábanas
y la noche que encarcela mis palabras.

Me molestan estos versos
que no saben hablar el idioma de mis pupilas,
que no saben el lenguaje
de mis manos temblorosas.

Me molesta este poema que viene de mí
(si lo tacho me parto en dos).

jueves, 9 de agosto de 2018

CARTAS NÁUTICAS. II.

Nada soy dentro de mí.
Me apago con la luz del mediodía
y sueño amaneceres sin silencio.

(Me disfrazo de caricias
y sueño que me rozan
las manos de la lluvia
del crepúsculo herido.)

En una habitación gris
me desvisto los deseos
y soy nada bajo el cielo
y mi piel no quiere huir
y juego a ser malabarista
y me tiemblan los dedos.

Me disfrazo de mí
y la luna cuenta historias de miedo.
Entonces, cuando me desnudo,
ya no me puedo dormir,
y sueño con lágrimas negras
que tejen este colchón.

Estoy temblando de frío.
Me arranco la sed del pecho
y sólo tengo un corazón
donde no caben las olas
ni los vacíos al sentir.

Como una mota de polvo en la arena
juego a ser faro de guía
y sólo soy parte de un barco
que navega a la deriva
y que no se quiere hundir.

miércoles, 1 de agosto de 2018

RONDA

No queda sol,
sólo la bruma.
Noche de estrellas
calladas y oscuras.
Noche de luna
fugaz y amarilla.
Mar que refleja.
Llanto que brilla.

No queda mar,
sólo la espuma.
Orilla de besos,
canción de luna.
Orilla de llanto,
labios de arena.
Cuento de noche.
Ojitos de pena.