sábado, 18 de agosto de 2018

PERDIDA

Me iré.
Me iré con la grava húmeda.
Me iré sin ningún latido.
Antes del delirio y las sillas rotas,
de los ojos vacíos y la incomprensión,
del olvido y la piel quebrada.
Antes, me iré de aquí.

Me iré sin el ruido del llanto
y cuando mi voz aún tenga sentido.
Me llevaré mi barca de palabras
y la hundiré en la tierra acendrada
bajo las flores de mi recuerdo.

Me iré con el sonido
de los cuerpos que se enredan,
de los labios que me pronuncian,
de las bocas que me beben.
Me llevaré los huesos de mis papeles
y la pena de mis versos
y la sangre derramada de las nubes.

Me iré con las horas que me abarcan,
que me visten y que me abrazan.

Me quedaría, pero no puedo.
Dios se olvidó de los que de verdad existen.

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