jueves, 15 de mayo de 2014

SI TÚ
"El tiempo no es oro, el oro no vale nada.
El tiempo es vida."  - José Luis Sampedro.
Y si yo no tengo mar.

Si yo no tengo mar...

mis aguas nacerán a la orilla de tus labios

y verán las olas de los míos

los años al pasar.

Y si yo no tengo cielo

al suelo volarán

tus abrazos de hielo

que me han venido a buscar.

Y si yo no tengo luz

que me bese al despertar.

Si yo no tengo Sol,

ni estrella a la que rodear.

Si yo no tengo brisa

que me ayude a respirar

cuando al abismo de tu risa

con alas de plomo

me atrevo a saltar.

Y si yo no tengo reino,

ni patria, ni bandera.

Si no tengo barrera que proteja el corazón.

Si no tengo razón para quererte...

Si yo quiero quererte sin razón.

Si yo quiero buscarte y no te encuentro

y mar adentro se pierden mis palabras.

Si en un momento evocan mis pupilas

la oscuridad del alba.

Si la noche arropa mi estandarte

y con mi escudo recojo el cielo azul,

me enredo en la laguna de tus ojos

para tener Luna que bajarte.

Si tú quieres,

si yo puedo.

Si te quedas,

si me quedo...

Si tú
no tienes
miedo.

sábado, 10 de mayo de 2014

CUANDO LA NOCHE DUERME

No se ha sentado esta noche en la silla de la esquina

el aura de la luna al despertar

y corriendo en círculos, el planeta Tierra

se ha cansado de girar.

Y el Sol ha llorado junto a las estrellas

las cenizas de esta ruina..

y ha cesado de brillar.

Hasta al mar ha llegado mi utopía,

mi mundo de papel,

mi pincel desenfrenado

en las heridas de mi piel.

Y al paso de los días,

de las noches sin dormir

ha llegado hasta mi cama

la brisa de la primavera

con mis ganas de vivir.

Se han postrado mis fantasmas

a las puertas de mi teatro

con sus sábanas cubriendo

las voces de mi calma,

los gritos que recuerdo

en la memoria de mi alma.

Se han cansado de caer

las lágrimas desordenadas

que escapaban sin quererlo,

que no decían nada,

que en mirada de tus ojos

llovía sobre calles mojadas.


Y las horas se han dormido en el regazo de tus manos

avisando que jamás despertarán

las luces de la ciudad.

Que no me volverán a atrapar

los brazos de la oscuridad.


Que el aura de la luna
en esa silla
de la esquina,
jamás
se volverá a sentar.