viernes, 30 de diciembre de 2016

“LITTLE BIRD”

I

Las tardes de diciembre giran
en un balón de espuma, a la hora de comer,
bajo los árboles del parque frente al río.

Mi abuelo sonreía y era
como ver reír al universo.

II

Si lograse volver, no vería
más que una explanada de inocencia
y a un hombre respondiendo a carcajadas,
un bigote sin canas y encorvado
y un pequeño pájaro de porcelana
(o así gustan llamarme).

III

A lo que no logro regresar,
es al momento de la rotura,

pero también lo haría.

jueves, 29 de diciembre de 2016

CUMPLEAÑOS DE CENIZA

Ni dentro de mí
logro encontrarme.

Luces de navidad
que no calientan una piel entumecida
por el miedo y las horas.
Que no ampara los sueños de los indigentes de vidas,
que no aflora en los ojos de aquel
que todo lo tiene,
pero no halla salida
ni música que suene cuando su voz
tampoco lo haga.

Así vago, sin rumbo,
por las calles frías de Granada.
Veinte años buscando palabras precisas
y escribiendo prólogos que, por supuesto,
nunca tendrán final feliz.

No asumo las ausencias,
siempre hay espirales de besos
envolviendo la soledad dormida.
Por mucho que crezca,
seguirá siendo mar
aquello a lo que pertenezco
y se irá para no volver.

¡Orilla de recuerdos, devuélveme mi llanto!
No quiero más caricias
del adiós de unos labios.

martes, 27 de diciembre de 2016

PENITENCIA

Sin saber cómo, madrugadas de escombros.
Después de morir no hubo nada
y nada paseó espaldas rotas y desnudas,
pisando las heridas,
gangrenando la carne.

Se torcieron los renglones,
descansé sobre ellos.

Ninguna otra tristeza tuvo razones ni libertad:
yo, ella
y cadenas,
que encierran estos versos insomnes.

Por la mañana tendrán resaca de llanto
y ninguna caricia los salvará…

Se lo tienen merecido.

sábado, 24 de diciembre de 2016

MUERTE Y SENTIDOS

Pescando rosas en un mar de espinas,
así son nuestros cuerpos
cuando se habitan.
Se deshacen, se hieren, se vomitan
hastíos y placeres.

Se encadenan a un tictac breve y suicida,
a la hora previa a los amaneceres
y a las madrugadas autodestructivas.
Acechamos en la herida más profunda
que guarda el mar,
y lo bello es tristeza compartida.

El frío suplió nuestras carencias
- no importa –
polvo quedó.

Por eso toqué la lápida y fue
la única manera ya, que tuve
de sentir.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

MEFISTOFÉLICA

Saco roto de vestigios,
sólo guarda soledades.

Fausto entre mi carne
retuerce las tardes:
yo no doy, amor,
mi alma por nadie.

martes, 20 de diciembre de 2016

SUEÑO DE UN INOCENTE TORNADO EN PESADILLA

Nada queda de mí.

Busco la cerradura del alba
para encerrarme en tu piel
y sólo encuentro muros de ausencia.

Copas llenas de alcohol tibio,
vacías de mí,
desbordadas de toda pena que derraman mis tripas
vacías de mí.

Me recojo en la esfera de las noches y del humo
y de los gritos y los jóvenes que antes quisieron crecer
y hoy no son más que la sombra del sueño de un niño.

Baúl de soledades,
castillos de arena que deja el rastro de la huida.
Caminos de salida única hacia el abismo.

Voy a morir sin hacer ningún ruido,
porque a mis gritos los carga el silencio
y yo, cariño,
no hago otra cosa que gritar

y algún día tendrá que faltarme oxígeno.

lunes, 12 de diciembre de 2016

BUSCANDO UNA TUMBA

Cementerio de besos,
aún mi calor lo vence.

Flores de tristeza tan marchitas como mi pecho,
lápidas negras de sombras,
epitafios de amor.
Así paseo la tierra sembrada de mundos.
Así fundo mis palabras con aquellos que allí habitan,
muertas, inertes,
tan sólo útiles como recuerdo...
y como dolor.

No quiero, madre,
que bajo la pena, me entierren.
Yo quiero, madre,
que me devuelvan al mar.

jueves, 8 de diciembre de 2016

VIRGILIO HACIA EL AVERNO

Quiero que llueva como lo haces tú,
que carcoma la realidad el vado de un vacío
de un vacío
tan ausente de mí,
que amenaza los amaneceres.

Me encadeno,
las manos a los labios,
los labios a los ojos,
los ojos al mar
me encadeno

y el mar es un estrato que se arranca de la piel,
el naufragio de las cenizas
que carcomen las noches
en silencio

silencio.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

RIBERA DEL GENIL NÚMERO 8

No volverás a Granada por navidad.
Compro el periódico buscando la noticia de tu ausencia,
pero sólo hallo palabras que niegan el recuerdo
y se anegan en los crucigramas de un abismo irreversible.

Las luces son guiños de nieve,
soledades compartidas que resbalan en el pecho
hasta fundir la piel y entrar adentro,
tan adentro,
como ácido,
escociendo al respirar.

Casas vacías de muebles antiguos
y árboles secos de pena escarchada.
El río lleva las lágrimas
que nunca lloré
y ahora derramo.

Echarte de menos
es morir dos veces.