sábado, 20 de noviembre de 2021

OTRA CANCIÓN PARA PILAR.

La abuela cubre los campos
dorados de blancos claveles.

Sobre la tierra húmeda
descansan sus párpados,
recuerdos de mi corazón herido.
Las manos despiden
a la claridad del día
con un suave susurro.

La lluvia escribe
sobre las teclas del tejado
la melodía de los veranos:
el canto de las cigarras,
la caricia de los pinos,
los pasos de los gatos
el cierre de la flanera,
la saliva de los árboles,
el tintineo de las arañas,
el despertador del gallo.

Me transporto hasta el tercer sillón
y te escribo esta lágrima.

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