lunes, 11 de diciembre de 2017

TRAS LOS CRISTALES

Lluvia,
torrentes de hielo,
jardín de amor.
Tu voz es la luz del universo.

Te busco y te encuentro en todos los rincones,
en los atardeceres de Florencia,
en los besos que no me pertenecen,
en las manos que acarician la mesura de tu piel.

Llueve
y es tu cuerpo el que me empapa, aunque no estés,
de tu olor tan sosegado de natura,
de tus brazos atrayéndome hacia el cielo,
de tus pies
rodeándome el sueño en las noches de invierno.

Llueve y son mis ojos deshaciéndose en tu boca
y tus párpados, paraguas que me salvan del diluvio
y la barca de tus manos, que navega hasta mi orilla,
es la casa donde siempre nos podemos querer.

Si fueras un poema
no existiría escritor
capaz de lograr alcanzarte.

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