DESHABITACIONES
Deshabitado,
deshabitado mi
olvido
y un corazón
ofendido
que se ha
cansado de huir.
Madejas de
labios
con sabor a
vino tinto coagulado
que ya no
sabe en qué herida escocer,
ni en que
puerto pararse a sentir.
Se equivocan
las manos y las lágrimas,
las palabras
que vuelan con pasos de bolero;
se equivocan
los besos y el te quiero
y los versos
que rezan de madrugada.
Se equivocan
mis labios de parada
bebiendo en
la estación de tu boca
el veneno de
unas pocas horas sin mí.
Me crucifica
la tinta y el pecado
de un pasado
de arena, cal y carbón
con clavos
de cristal afilado…
pero siempre
de bohemia, corazón.
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