sábado, 21 de mayo de 2016

A LAS 3 Y 20 LUNAS LLENAS.

A las 3 y 20 son las dos
y veinte
los pasos de salón hasta mi casa.

Los zapatos de tacón en una esquina
junto a un tablón
de madera, esperando a ser acariciado.
Mientras,
la fotografía de sus manos
duerme en una habitación,
donde sólo podrá ser contemplada por un par de afortunados.

A las 3 y 20 son las dos,
una rosa roja pardo se marchita entre mis manos.
La luna es tan redonda
como la roseta de una guitarra,
y tan blanca
como el rastro de una saeta
que apunta a mi dirección.

Hay zapatos en el suelo,
cristales de botellas rotas,
cinco estrellas en el cielo adornando la oscuridad,
tan lasciva y remota...

A las 3 y 20 son las dos
y dos almas que se quieren se pasean la Gran Vía.
Se detienen calle arriba,
preguntan a dos desconocidas la hora
sin dar la mínima importancia a las palabras del reloj.

A las 3 y 20 son las dos
los minutos van hasta su puerta
y despiertan los segundos,
que acuchillan,
donde la dejamos mi soledad y yo.
Pero se la lleva con ella
Y sus medias de rejilla.

A las 3 y 20 son las dos
y a las cinco, la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario