CANDANCHÚ SIN NIEVE.
Llego tarde
a Candanchú,
Ya no hay
nieve.
Y desde que
no estás tú
Afuera llueve
sin piedad.
Se han
quedado tan mojadas
Las calles
de la ciudad,
Y las aceras
cortadas
De dolor y
soledad.
Se ha
callado el viento
Y se ha
secado el mar
Con el canto
de tu aliento,
Llueve por
no llorar,
Escribo por
no soñar
Ni por
quedarme en el intento.
Cuando
encuentren tus manos
Las de un
ángel alado
Y te
devuelva las suyas,
El cielo
habrá ganado.
Pero se
seguirá escuchando
En mi
silencio, oscuro y breve,
Cuando me
sigas cantando
es
to Can
chú
ni
dan
con
bo
nie
Qué
ve.
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