domingo, 29 de mayo de 2016

VERSOS DE TI, VERSOS DE MÍ.

No es tan verdad que mis versos
estén  hechos de ausencias,
también se construyen con abrazos
de esos tan largos
que es una opción quedarse a vivir.

También de los besos
que nos damos al vernos,
o al despedirnos,
o simplemente
al acordar besarnos en silencio.

También en esos momentos
donde la pena es un maniquí,
una copa de vino un viernes noche,
un coche que derrapa en el asfalto del recuerdo
y se estrella con las risas de los que se han quedado
y el silencio de los que se han ido.

A mis versos los escriben
las manos de las plumas de un ángel,
los tulipanes amarillos que me sacan de mi mar,
la noches de cuchillos rotos en la calle,
la sonrisa de un papel de regalo,
la brisa del cielo de Madrid,
un desafinado acorde de guitarra,
bailar sobre un óleo mal pintado,
escribir la palabra que falta,
leer en voz alta un poema dedicado…

Mis versos están hechos de lugares.
Mis versos están hechos de personas,
de penas ajenas,
de risas provocadas,
de lágrimas que se escapan,
de alegrías pasadas…
y presentes.

Mis versos están hechos de gente,
de pilares con grietas,
de metas con fisuras,
de heridas que se abren,
de la sal que las cura…
  
Mis versos están hechos con ruinas.
Mis versos están hechos de escombros…
Mis versos han llenado cien poemas
que le han dado luz
a mi tiempo de sombras.

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