domingo, 27 de noviembre de 2016

MIENTRAS LLORAS

Me gusta de ti que me mires a los ojos
y encontrar en los tuyos un arcén de secretos.

Se dislocan las pupilas como los huesos rotos,
intentando encontrar la palabra precisa
y sólo derraman versos de angustia
que no encuentran el germen de tu abismo.

La epidemia de mis noches se ha extendido:
va comiendo la carne,
deshaciendo la carne,
pudriendo la carne;
y la carne,
carne de cañón endeudada con estos ojos,
con estos ojos que no sueñan,
con estos ojos que se entregan a la madrugada
y se desgastan y se consumen
y se derraman sobre mis sábanas.

Espasmos de amor,
convulsiones de hastío,
asco, formas,
sacudidas de fobia,
temblor,
rigor mortis.

¿Qué te queda, amor,
de estos despojos?

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