viernes, 4 de noviembre de 2016

GUARIDA

Noviembre blanco, cercos de sangre sobre la nieve.

Desnudo a una extraña vestida de miedos
y llueve en sus desnudas paredes
las horas en verso que dejan mis labios
bajo sus anocheceres.

Las hojas son mantos de triste cordura
cubriendo el asfalto de mis entrañas.
Vísceras grises de añoranza
que escriben notas de suicidio en una partitura.

Las calles son bocas que gritan y se arrancan,
mis pies las provocan con pasos cansados
y buscan delirio en las casas sin alma,
donde los corazones son un hueco vacío...

Sólo saben matar palabras,
se mueren con los fracasos,
con los rechazos, con los abrazos.
Se mueren bajo los besos en carne viva
si se desgastan los labios.

Se mueren en un insomnio ilusorio,
podrido de sueños lapidados.

El ruido de la estrella Polar
no guió a los marineros:
los deshizo con sus barcos hasta arrastrarlos al fondo.

Allí, bajo ese mar
que guarda atardeceres .
Aquí, bajo estos ojos
que sólo guardan renglones
y caricias que escriben sus párpados.

Aquí, bajo mi pecho...
que todo lo guarda.

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