INVIERNO INHUMANO
Hermoso invierno inhumano,
con tu corazón que nunca late,
deja que tu rabia se desate
y que nazca la escarcha de tu mano.
Deja que las nubes lloran
y el frío acaricie su tristeza,
con hielo: diamantes y pureza;
y la nieve y el viento se enamoren.
Haces que los montes se vistan de blanco
y el frío desgarre las entrañas de la tierra,
que libere todo el espíritu que encierra
y que hielen las aguas del estanco.
El cielo son lágrimas que se apresan
y son brillantes los copos caídos
precipitándose como fuego encendido
y el cielo y la tierra se besan.
Hermoso invierno inhumano,
con tu corazón que nunca late,
deja que tu rabia se desate
y nazca la belleza de tu mano.
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