FRÍO ACENTO DE NIEVE
No existe
música
sin tu
latido
y me piso
los pies como la ilusión:
un sueño
sobre otro
que acaba
manchando los recuerdos.
Y los días
se fueron
como las
golondrinas de Bécquer,
indemnes de
silencio,
pero no de
caricias.
Te cabe el
cielo en un abrazo, corazón,
el cielo
gris intacto de la noche
y de las
mañanas de un día lluvioso
y se abraza
con mis manos de papel
y mis brazos
de cartón.
Maldito
verano,
lleno de
nieve en el pecho.
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