viernes, 17 de junio de 2016

RÉQUIEM POR UN CORAZÓN APAGADO.

Desde la fosa de mis emociones
te escribo, amor,
la carta de un corazón
empapado por la lluvia de mis manos.

En la tierra mojada,
como las luces de neón
en el espejo de la calle si hay tormenta,
pueden oírse los pasos desgastados
de mis sueños sin vida.

Andan hasta que París
ya no queda para nadie.

Esta estúpida escalera,
esta nada enloquecida,
esta patria sin bandera ya no tiene corazón.
Este barco a la deriva se ha cansado de hundirse
y a esta pluma desgastada no le queda que sentir.

En la muerte de mi pecho
tampoco existe el cielo,
y el infierno es otro coche
que derrapa en la ciudad
y se estrella en el vacío…
y vacía las estrellas de la noche.

Cuando deje de latir,
entiérrame donde nadie pueda verme,
en la piel aún hay resquicios donde nunca llega el Sol.

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